martes, 29 de octubre de 2013

Getafe 0-1 Athletic

Las estadísticas están para romperlas


El Athletic de Bilbao no había ganado nunca en el Coliseum. Diego Castro no había fallado nunca un penalti en Primera. El Getafe no había perdido en casa en esta temporada. Hasta ayer; cuando, entre las diez y las doce de la noche, esos tres datos se convirtieron en pretéritos, pasando a la concurrida papelera de reciclaje de las estadísticas. Ya se sabe que el destino de éstas, como la vida misma, es su propio fin: las estadísticas no son completas hasta que no se rompen. Y ayer murieron tres de golpe.

Athletic. Se presentaba en su maléfico Coliseum con la idea de que a la décima visita fuera la vencida. Y así fue. Aunque, en realidad, ganó un partido en el que, posiblemente, hizo menos por ganar que en alguna de las nueve visitas anteriores, en las que había empatado en cinco y perdido en cuatro. No fue un buen partido de los de Ernesto Valverde. Ni mucho menos. Se encontraron con un gol tempranero de Laporte a la salida de un córner y de esa renta vivieron sin rubor durante más de ochenta minutos. Sólo superaron al Getafe en una cosa, la más importante: el gol. Su pobre partido les sirve para ganar por primera vez en Getafe. Cosas del fútbol.

Diego Castro. El correcaminos del Getafe no está en un momento especialmente trascendente para el equipo. Aparece menos que de costumbre, aunque en la sombra siga sin parar de hacer kilómetros. Apenas había asomado su cualidad goleadora en esta Liga, y ayer tuvo una gran oportunidad. La mejor: desde el punto de penalti, donde nunca había fallado. Era el hombre récord desde los once metros, ya que no había errado una pena máxima en toda su carrera en Primera División. Llevaba 15 goles de penalti consecutivos, sin fallo. Hasta ayer. Por supuesto, también fue el primero que falla con la camiseta del Getafe. Sin embargo, al ser sustituido pidió perdón a la afición. No hay absolutamente nada que perdonarle.

Getafe. En su mejor momento –cinco victorias en las últimas seis jornadas–, perdió sin merecerlo. Una dolorosa derrota que no lo es tanto por su cómoda clasificación, pero que rompe su mejor racha en Primera, de cuatro partidos consecutivos ganando. Otros cuatro había jugado en el Coliseum en Liga, y ninguno había perdido. Hasta ayer. Perdió porque no consiguió meter la pelota en la portería contraria, pero no porque no lo intentara ni luchara hasta el final. Este equipo ha cambiado, más que en el juego o en los resultados, en lo más básico: la actitud. Y es esa la cualidad que más influye en los azulones. Con el comportamiento de ayer, me atrevo a aventurar que el Getafe perderá pocos partidos. El siguiente es el jueves en El Madrigal, donde el intratable Villarreal aún no ha perdido. Otra estadística…

Dijo Luis García, para resumir el partido, que “el fútbol a veces es así de puto”. En su imprevisibilidad está su hermosura. Prueba de ello dan las estadísticas, que vienen y van sin ningún rigor. Ayer se esfumaron tres. Se las llevó el Athletic en la maleta de los tres puntos. Nunca te fíes de ellas.



Foto: Ángel Rivero, MARCA.

domingo, 6 de octubre de 2013

Getafe 3-1 Betis

El Getafe ha vuelto...
 
…a hacerme disfrutar como un enano. Exceptuando el 5-1 al Sevilla de hace año y medio, hacía años –en plural– que el Geta no me hacía sentir como en la victoria por 3-1 ante el Betis. El gesto de llevarme las manos a la cabeza y los gritos de asombro han sido directamente proporcionales al espectáculo de una apisonadora azulona que por momentos ha pasado por encima del ‘EuroBetis’. La primera parte ha sido un primor; en once minutos los de azul han sentenciado el partido, por obra y gracia de Pedro León y Adrián Colunga. La segunda, con el Betis apretando y la renta obtenida como colchón, ha bajado un punto. Pero es que subir era imposible. Aun así, el equipo no ha parado de pelear y llegar al área rival para cerrar un partido mayúsculo que enmarca la patente mejoría. Un partido con nombres propios.

Pedro León. Es un futbolista especial. Quienes aún confiamos en él, creemos que las lesiones han lastrado un rendimiento que sólo puede subir. Quienes ya dejaron de confiar, creen que está acabado. Físicamente no es un portento, porque no lo es, pero tiene un golpeo con el pie derecho que es una delicia. Y esa delicia le ha dado al Getafe seis puntos en los dos últimos encuentros en el Coliseum: frente al Celta, puso las dos asistencias de los goles de Lisandro y Arroyo, en sendos córners; ante el Betis, en apenas cinco minutos ha marcado uno de los goles de la temporada (en una falta casi desde campo propio) y ha puesto el 2-0 de cabeza tras centro de Colunga. Por si fuera poco, en la celebración del primero gol el murciano se ha besado el escudo. El amor y agradecimiento a unos colores que enorgullece sobremanera a los que no hemos perdido la fe ciega en él. La inmensa alegría por Pedro no ha sido tal, ya que se ha tenido que retirar lesionado en el minuto 34. Todo en media hora.

Colunga. Otro que tal baila. De esta ‘ratilla de área’ que aporta en casi todo el campo hay que decir que, cuando está de dulce, peligro para los rivales. Y ahora parece que lo está. Comenzó el 2013 consiguiendo 6 goles y 3 asistencias en 8 jornadas, y en los dos últimos partidos ha anotado 3 tantos y asistido en otro. Como se caliente… En el 3-0 ha mostrado todo lo bueno que tiene dentro: desmarque a la espalda de los centrales, rapidez, oportunismo, extrema calidad en el control y sangre fría en la definición. Es que es muy bueno.

Borja. Le destaco porque, sin ser el mejor, derrocha la mejor de las cualidades: trabajo a destajo. Falla, porque no es un jugón. Pero no negocia su esfuerzo: lo da todo. Y ese es el camino que ha de tomar todo el equipo; que por actitud no sea, por favor. Si jugadores y entrenador lo dan todo, no les pediré nada. Porque quien hace todo lo que puede no está obligado a más.

Luis García. Hay que hablar de él porque es el jefe, para lo bueno y para lo malo. Cuando las cosas van mal no le faltan críticos que piden su cabeza, pero cuando las cosas van bien tampoco le escasean alabanzas. Mi postura para con él es contradictoriamente clara: hace cosas bien y cosas mal, como los jugadores. En bastantes ocasiones no me han gustado sus planteamientos ni el juego de su equipo, pero en otras sí. Sus resultados le amparan, así que dejémosle trabajar tranquilo. Y critiquemos, tanto a él como al equipo, tanto positiva como negativamente, desde la mesura y el respeto. Que eso siempre ayuda.

Afición. Nada de números. Análisis puramente cualitativo, basado en la comunión con los futbolistas. Si éstos juegan como ante el Betis, se gustan y gustan, y la grada responde. Si la grada responde, el Coliseum se escucha y se ve. El sonido lo ponen las ovaciones y las canciones de ánimo, y las bufandas inundan el aire. Si eso ocurre, los jugadores lo notan y crecen. Es tan sencillo como complicado es el fútbol. El Coliseum es frío cuando el Getafe es frío, y caliente cuando el equipo se enciende. Hoy me ha vuelto a doler la garganta.

En definitiva, hoy el equipo ha hecho estupendamente bien su trabajo y la afición se ha ido contenta a casa. Ahora, tras tres victorias consecutivas, llega el parón por selecciones cuando menos falta le hace al azulón. Pero quedémonos con lo sustancialmente importante. El Getafe ha cambiado. Hace un mes, con un punto sobre nueve en Liga, el equipo perdía 6-1 en Alcorcón y se encendían todas las alarmas. El pesimismo era total. Desde entonces, los de Luis García han conseguido cuatro victorias en cinco partidos, cosechando la única derrota en el Bernabéu. Hoy, el conjunto azulón termina la jornada 8 en quinta posición con 13 puntos, con una diferencia de 7 sobre el descenso. El optimismo es total.

Y, por encima de todo, el partido de hoy me ha hecho sentir algo muy especial: que, por momentos, ese Getafe alegre, divertido y resultón ha vuelto. Quizá es que ya me conformo con poco.


viernes, 6 de septiembre de 2013

Elección de los JJOO

NO a Madrid 2020
 
Me apasiona el deporte. Me encanta disfrutar de los Juegos Olímpicos cada cuatro años y sería un sueño poder gozar de la oportunidad de vivir una fiesta olímpica en casa. Por eso apoyé y deseé con todas mis fuerzas el éxito de las infructuosas candidaturas de Madrid como ciudad organizadora para los años 2012 y 2016. Mañana se elige en Buenos Aires la ciudad anfitriona para 2020 entre Estambul, Tokio y Madrid y, sin embargo, ya no quiero los Juegos aquí. Porque por mucho que me guste el deporte, el olimpismo me permitirá tener prioridades más acuciantes.

El sueño de vivir unos JJOO cerca de casa puede esperar, otras cosas no. La situación por la que pasa el país (y, sobre todo, los afectados por la crisis económica y política) no merece un despilfarro como el que pretenden acometer con la organización de un evento de esta envergadura. En realidad, el despilfarro ya ha comenzado. Llevan ya más de diez años gastando por un sueño que ni siquiera saben si se va a convertir en realidad. Obviamente, mi contraria posición en esta ocasión nada tiene que ver con el deporte. Pero, dada la situación, en 2020 prefiero volver a ver los Juegos por la televisión.


Históricamente, los JJOO no son rentables

Ni la propia alcaldesa de Madrid, Ana Botella, sabe qué porcentaje de infraestructuras están ya terminadas. Y dada su credibilidad, cuesta aceptar como verdad todas esas monsergas que está soltando sobre los presupuestos ajustados. En realidad, la experiencia muestra las irregularidades en los presupuestos, con una gran diferencia entre las estimaciones iniciales y las que finalmente se dan históricamente. Los números dicen que, entre 1960 y 2012, los Juegos han costado, de media, un 179% más de lo que estaba presupuestado al principio, según un estudio de la Escuela de Negocios Said de Oxford. El mismo estudio concluye que los últimos Juegos, celebrados en Londres, fueron los más caros desde Atlanta 1996. No en vano, la capital inglesa pasó de tener en 2008 una deuda pública del 52% de su PIB a tenerla en 2011 del 85%. Y, si hablamos de deuda pública, ya se sabe que a Madrid no hay quien la gane.

Otro estudio, éste elaborado por la Cátedra Pasqual Maragall D´Economia i Territori, afirma que los únicos que obtienen beneficios con la Organización de los JJOO son la industria del deporte, las empresas de la construcción y las entidades organizadoras, mientras que los costes los soportan los ciudadanos mediante sus impuestos. Por cierto, que en caso de no recuperar la inversión hecha en los Juegos, los organismos públicos se comprometen a pagar el dinero que falte en un plazo máximo de dos años tras su celebración. Algo muy común en este país: privatizar beneficios y socializar pérdidas.

En cuanto a las infraestructuras, las ya construidas han tenido un costo público de casi 9.000 millones de euros, según el Barómetro de la Economía número 36 elaborado por el Ayuntamiento de Madrid. Números que ya de por sí no cuadran con los “presupuestos ajustados” de la alcaldesa. Más opacidad, menos credibilidad.



La verdadera ‘marca España’

España es un imán para la corrupción y la mediocridad, y en la comitiva desplazada a Buenos Aires no pueden faltar los ejemplos. Hemos enviado para representarnos a políticos no elegidos por sus ciudadanos; al Príncipe de una Familia Real cada vez más oscura; al vicepresidente de la CEOE, acusado de pagar a sus empleados en dinero negro; a alcaldes y presidentes también salpicados por casos de corrupción… Y, en cabeza, el presidente del COE y de la candidatura que, junto a la alcaldesa de Madrid, intenta convencer a los miembros del COI sin saber inglés y haciendo el ridículo absoluto en rueda de prensa. Como ridículas han sido las declaraciones de Rita Barberá, que no ha dudado en ponerse una vez más en evidencia diciendo que “Madrid tiene el mar más cerca que muchos habitantes de Tokio”. En definitiva, en la ciudad bonaerense se encuentra lo más granado de nuestro país. Y lo más representativo, por desgracia. La verdadera ‘marca España’.

Muchos de los que están (o estarán) en la cita olímpica, son los que nos están robando derechos sociales universales como la Sanidad y la Educación, están recortando las pensiones, subiendo los impuestos y asfixiándonos con unas condiciones laborales cada vez más precarias. Tenemos una tasa de paro estratosférica del 26%, con casi 6 millones de españoles desempleados, según la última EPA. La deuda pública es desorbitada (84% del PIB en España 2012 y 8.231 millones en Madrid), y los políticos que hoy están en Buenos Aires haciendo lobby están presentando un proyecto para endeudarnos unos cuantos millones de euros más.

Son los mismos gobernantes que están hoy ahí defendiendo su propuesta deportiva milmillonaria los que no paran de recortar la calidad de vida a los más necesitados. Son esos políticos que no tienen sensibilidad social los que ahora se erigen en adalides del espíritu olímpico. Son quienes aprietan el cinturón a sus ciudadanos mientras viven como reyes. Los que no dejan de mentirnos sin escrúpulos. ¿Por qué ahora sí habría de creerles?

Quiero ver deporte en directo, pero no a cualquier precio. Deseo disfrutar de unos Juegos Olímpicos en casa, pero prefiero volver a tener un país decente, sin miseria. No sé si una cosa quita la otra, pero como veo a los gobernantes poniendo mucho más empeño por conseguir los JJOO que por mejorar la vida de los españoles, esta vez no quiero participar del sueño olímpico.

Madrid 2020, ¿el sueño de todos los españoles? No listen the ask. 


sábado, 24 de agosto de 2013

Mal inicio de Liga

Contradicción Luis García
 
En realidad la contradicción soy yo. A veces pienso que me aburre hasta la saciedad el juego del Getafe de Luis García, pero de repente caigo en que lleva aquí dos años en los que ha salvado al equipo con mucho excedente de jornadas. Ya no sé qué pensar. Una cosa tengo clara: guste más o guste menos, el entrenador madrileño es un gran profesional que cumple con su trabajo (y sus objetivos). Y por eso, guste más o guste menos, hay que respetarle. La profesión de entrenador está básicamente supeditada a los resultados, y éstos, por ahora, dan la razón al de Carabanchel.

Que cada aficionado es libre de mostrar su opinión en su propio estadio, incluso pitando en el minuto 30 del primer partido de la temporada, por supuesto. Que yo no secundo esa posición, que no voy a pitar (entre otras cosas porque no sé), pues también lo tengo claro. Pero es que aunque supiera hacerlo, nunca pitaré a mi equipo (o mi entrenador) nada más sentarme al asiento en el inicio de curso. La paciencia es la madre de la ciencia, y en ocasiones tan escasa que asusta. Nada más perder el primer partido de la temporada, ya había gente diciendo que si Luis García no se comería el turrón. En agosto. En la primera jornada. Esto es demasiado.

No soy sospechoso de ser pro Luis García ni anti Luis García. Porque en realidad no sé lo que soy. No entiendo el fútbol como él, me gusta más el juego vistoso y de ataque que a él, a quien le tira más la contención. Me aburre, y por momentos desespera el Getafe, sí. Me mosquea aún más que el míster de Carabanchel diga en rueda de prensa que “es imposible jugar con más gente de ataque” cuando dispone de inicio en el mediocentro a la pareja Borja-Lacen. Sus palabras contradicen a sus actos y su juego contradice a sus resultados.

Y, claro, la contradicción se contagia. Personalmente no me gusta cómo viene jugando el equipo, especialmente en la temporada pasada y el inicio de esta (hace dos temporadas no me disgustó). Pero al entrenador que hace que el Getafe juegue así habría que darle, al menos, el beneficio de la duda que le otorga su eficacia en dos años aquí. El tercero no ha empezado bien, con un punto sobre seis, pero acaba de comenzar y no es momento de sacar conclusiones. Si el equipo sigue mal, ya habrá tiempo de criticar; y si empieza a ir bien, habrá todavía más tiempo para que algunos rectifiquen. Tranquilidad y sensatez, que los turrones en agosto se derriten.

sábado, 17 de agosto de 2013

Diez años en Primera

Camino a la undécima
 
Se acabaron las pruebas de mentira y el hastío del verano: hoy empieza el fútbol de verdad. Hoy vuelve la Liga. A partir de las siete de la tarde echan a rodar el espectáculo y la emoción que se prolongarán durante 38 jornadas hasta el 18 de mayo. El pitido inicial se dará en la preciosa San Sebastián, La Bella Easo, en un partido entre todo un equipazo de Champions y todo un modesto que está de enhorabuena. Que, en realidad, lleva nueve años de enhorabuena continua. Nueve años que serán diez. Nueve años para una década dorada.

Lo que empieza esta tarde en Anoeta no es sólo la competición liguera, sino también una temporada histórica para el Getafe: arranca su décima andadura seguida entre los más grandes de nuestro fútbol. Su décimo sueño. Serán, como mínimo, diez años los que figuren en su historia como equipo de Primera División. Y sería una pena que ahora, que se ha hecho con su huequecito en la élite, se marchara. Por eso hoy también arranca el camino a la undécima. Ya se sabe por el Coliseum que soñar es gratis. Y convertir los sueños en realidad es posible.

No será fácil, y mucho menos en esta Liga tan enferma que tenemos. La justicia y la igualdad parece que se han ido para no volver, y las luchas son tan desiguales que dan vértigo. Cada año se abre un poco más la brecha. Pero el pequeño azulón aguanta. Contra viento y marea. Cada vez con más asientos vacíos como compañeros de butaca en su propio estadio, cada vez más excluido de su propio hogar. Pero da igual. La ilusión se recarga cada verano y se reinventa año a año. Porque a ver quién le dice ahora a aquellos que llevan siguiendo a su equipo desde Las Margaritas que bajen los brazos, por mucha crisis y avaricia que les quieran apartar de su azul sentimiento. En Primera o en Segunda B, en la grada o en el bar, en el estadio o en el sofá, en la tele o en el transistor; siempre habrá afición.

Y cuantos menos sean, más orgullosos estarán de demostrarlo. Cuanto más apriete la crisis y más se le desprecie, más pecho sacará el azulón. Es tan natural como la vida misma. Empatizar con el pequeño, identificarse con el desfavorecido, comprometerse con la injusticia y significarse con el débil es una forma de vida. Como ser del Getafe.

Ser de los que ganan es muy fácil; ser del Getafe nos parece mejor. 


viernes, 16 de agosto de 2013

Moyá, quédate

El último guardián de las ilusiones azulonas
 
Es 16 de agosto y él sigue aquí. Contra todo pronóstico de algunos vendedores de exclusivas especializados en hacer el ridículo en el estival desierto informativo, el Getafe no ha perdido a su última figura. La salvaguardia de la meta azulona ha podido irse a un club mayor, pero no estoy convencido de que ello le hubiera hecho crecer deportivamente. En cambio, me atrevo a asegurar que en ningún sitio va a gozar de tantos minutos y cariño como le proporciona el equipo y la afición getafense. Aquí es indiscutible. Aquí es querido.

El Getafe es un club que se adapta perfectamente a su figura; en general, a la de cualquier portero. Sometida esa posición a una especial presión, en el Geta es considerablemente menor. Es como una pequeña familia, alejada de focos e influencias externas. Pero además, el conjunto azulón, por ser un pequeño entre gigantes, recibe más visita contraria en su propia área que otros equipos con más potencial. Esto es: le crean más peligro, le hacen más ocasiones, le llegan más. O lo que es lo mismo, el portero tiene más trabajo. Más oportunidad para lucirse o equivocarse.
 
En su caso, él ha elegido la primera opción: lucirse. Y cómo luce. Si sus actuaciones hubieran sido en un equipo con mayor nombre, se hablaría muchísimo más de este portero. Es solvencia bajo palos, seguridad por alto, reflejos en el mano a mano. Es un guardameta como una catedral. Camino de convertirse, si los cantos de sirena le dejan, en el mejor cancerbero de la historia del Getafe.

Es él, Miguel Ángel Moyá: el último guardián de las ilusiones azulonas y el sustento* principal de un equipo mucho menos vulnerable cuando deposita su seguridad en las manos de este mallorquín. Y yo me pregunto dónde va a estar mejor que aquí, con el sosiego que da la experiencia y la tranquilidad que desprende su equipo. Encajan a la perfección Getafe Club de Fútbol y Miguel Ángel Moyá. Y él lo sabe.

Es 16 de agosto y mañana empieza la Liga de las estrellas y los estrellados. Y yo espero (me da en la nariz que no soy el único) que él sea titular bajo los palos de la portería getafense, defendiendo sus redes tan fantásticamente bien como lo ha venido haciendo durante los últimos dos años. Que siga deteniendo lo imparable, que continúe haciendo cosas por las que se ha convertido en ídolo de muchos azulones que desean que no se vaya. Cosas como estas.



Es 16 de agosto y aún quedan dos semanas para que se cierre el mercado, así que a pesar de todo aún restan quince días para cantar victoria definitivamente. Que pasen rápido y sin sobresaltos. Moyá, quédate.



*Sustento (según su segunda acepción en el DRAE): Aquello que sirve para dar vigor y permanencia. Exactamente lo que da Miguel Ángel Moyá al Getafe.

martes, 13 de agosto de 2013

Presentación

  Bienvenido al hogar de mi punto de vista 


Hola a todos (?). Soy nuevo por estos lares del planeta ‘blogger’ (como bien se podrá apreciar en el halo de tristeza que desprende el diseño de esta humilde morada), así que si me quieres acompañar sé paciente. Y, por supuesto, crítico. Debatir es sano, y criticar constructivamente aún más. Por eso te espero, lector imaginario.

Empezaré la presentación por el principio. De mí pueden saber algo (a la derecha está mi perfil por si acaso) l@s loc@s que me siguen por Twitter (@quintanillads), y quienes me hayan podido leer en www.vavel.com (http://www.vavel.com/dsquintanilla/). Antes de nada, desde aquí quiero reiterar mi agradecimiento a los que me permitieron llenar con mis palabras la sección del Getafe durante más de dos años y, que a pesar de todo, me dejan las puertas abiertas.

Como me apetece seguir escribiendo solamente cuando quiera, sin ataduras, he abierto este blog. El sitio se llama AzulOscuroCasiNegro como modesto tributo a la ópera prima (después han venido más filmes buenos, y alguno incluso mejor –sería de Primos no reconocerlo–) de un buenísimo director de cine, además de tocayo. Una gran película con un título que expresa algo más, y que además me concede una guía para estructurar y diferenciar el contenido que aquí volcaré. Por un lado, el azul es el color de mi camiseta y de mis ilusiones futboleras; por eso será utilizado para pintar el título cuando escriba acerca del Getafe Club de Fútbol. Azul será el titular, azules serán las ideas. El formato dependerá, como todo, de mi apetencia con el teclado: artículos de opinión, crónicas de partidos, reportajes… Who knows.

El (casi) negro sirve como metáfora de la tremenda oscuridad imperante en los tiempos que corren, de la que a veces también me apetecerá escribir. Por tanto, señalizaré con un titular negro cuando la indignación se apodere de mis palabras. Aquí pueden tener cabida diversos enemigos de la razón, botarates y chupasangres varios que por desgracia no escasean hoy día. Entonces no seré aficionado azulón, sino que actuaré como oscuro receptor mediático o, simplemente, como ciudadano en un sistema con excedente de podredumbre.

El fondo será ese, las formas las que vienen. Escribiré siempre lo que veo yo, que no necesariamente tiene que ser lo que vean los demás (y menos mal). Es mi página, mis palabras y mi prisma. Esto que estoy estrenando es el hogar de mi punto de vista. Simple necesidad de expresión. Y un poquito de gusto por la escritura, también. Por otro lado, ni que decir tiene que las puertas están abiertas de par en par para quien desee pasar a leer y debatir. Aviso para potenciales lectores: si es que quieres leerme, no esperes encontrar aquí noticias ni exclusivas. Es sólo opinión, trufada cómo no con algunos datos (que la opinión solitaria es más triste que el diseño de este blog). Mi objetivo es, a diferencia de este primer post de presentación, dar mi visión sobre lo que me llega sin abusar de la primera persona; es decir, opinar sin ser protagonista del escrito. No pretendo plasmar mis historias a través de un paisaje noticioso, sino mostrar un paisaje noticioso tamizado a través de mi filtro. Por eso espero y pretendo que la primera persona del singular quede en un segundo plano a partir de aquí, que esto no es un diván.

Esto del mundo del blog tiene mucho de personal, que me gusta; muchísimo de libertad, que me gusta todavía más; y un poco de esquizoide, que no me disgusta. Yo vuelco aquí lo que quiera (y sobre todo, CUANDO QUIERA) sin saber si seré, además del escritor, el único lector. No es egolatría, sino más bien esquizofrenia. Así que si no te asustas, pasa y ponte cómodo, mi fiel lector imaginario. Que empezamos.


-¿Qué buscas? -Algo para seguir engañándome. Igual que tú.