Feliz año 13
Unos dirán que el Getafe ha cerrado el año sin ganar. Otros
que lo ha hecho sin perder. Aquellos de allí, que lo ha hecho sin encajar gol.
Los de más allá, que no mete un gol al arcoíris. Y a ninguno le falta razón,
aunque personalmente prefiero quedarme con que lo ha hecho jugando realmente
bien, que no es poco. Frente a un equipo en puestos europeos, los de Fran
Escribá han dominado y merecido la victoria. Más importante que eso es que
parece que han cogido una senda que, extrañamente, parece positiva. Pero
hagamos caso al 'señor Lobo' y no nos emocionemos, que esto no deja de ser el
Getafe y ya nos conocemos todos las caras.
Al fin y al cabo los números mandan y dicen que estamos con
17 puntos en otras tantas jornadas, sólo tres por encima de los puestos de
descenso. Total, para qué queremos más. Quien no firme con sangre eso en mayo
no me representa. No obstante, las cifras en diciembre valen lo mismo que una
naranja fuera de temporada: te los puedes llevar a la boca; sí, alimentan, pero
ni fu ni fa.
Por eso, y porque estamos en fechas señaladas, apetece
quedarse más con las sensaciones que con los puntos. Se acaba otro año más,
otro año parecido y diferente, otros doce meses con sobresaltos y tedio. Un año
que, a lo mejor por eso mismo, el Getafe lo termina jugando bien. Asentado, con
cuerpo y dejando buen sabor de boca, como un vino de esos que merecen la pena. Tras
perder claramente en el Bernabéu, el Geta ha despedido el 2015 sin perder sus
últimos cuatro partidos, empatando los tres de Liga y ganando un gran –y esteril–
partido al Rayo en Copa. Precisamente frente a los vallecanos se inició una
mejoría tanto en el juego como en el estado de ánimo que se prolongó en
Mestalla y en esta última fecha en casa.
Al nuevo año le pido, futbolísticamente hablando, que este
Getafe casi irreconocible se mantenga por dicha senda. No le pido resultados
porque, si sigue jugando así, estos llegarán tarde o temprano. Sí, el gol es
importante, pero no deja de ser una consecuencia. Y la causa se está creando. El
gol es al fútbol lo que la felicidad a la vida: lo importante es el camino que
te lleva hacia él. Quiero creer que el Getafe está poniendo los cimientos para
esa carretera.
Y si no, volveremos a decepcionarnos y a sufrir, que sobre
eso se sustenta este bendito deporte. Ganemos, perdamos, empatemos o no
juguemos, nunca faltará una crítica. Nos ampara nuestro derecho fundamental
como aficionados. Hoy que el Getafe lo ha hecho bien no se está contento porque
no gana. Cuando no juega a nada ni apenas crea ocasiones, quejas porque aburre
a las ovejas. Cuando se pone a jugar y a agobiar al portero rival, no puede ser
que falle tanto. Ni grises ni marrones: lo queremos todo y no queremos nada a
la vez. No nos engañeños: vamos al fútbol a fiscalizar.
A eso y a beber. Feliz año, azulón.