viernes, 16 de agosto de 2013

Moyá, quédate

El último guardián de las ilusiones azulonas
 
Es 16 de agosto y él sigue aquí. Contra todo pronóstico de algunos vendedores de exclusivas especializados en hacer el ridículo en el estival desierto informativo, el Getafe no ha perdido a su última figura. La salvaguardia de la meta azulona ha podido irse a un club mayor, pero no estoy convencido de que ello le hubiera hecho crecer deportivamente. En cambio, me atrevo a asegurar que en ningún sitio va a gozar de tantos minutos y cariño como le proporciona el equipo y la afición getafense. Aquí es indiscutible. Aquí es querido.

El Getafe es un club que se adapta perfectamente a su figura; en general, a la de cualquier portero. Sometida esa posición a una especial presión, en el Geta es considerablemente menor. Es como una pequeña familia, alejada de focos e influencias externas. Pero además, el conjunto azulón, por ser un pequeño entre gigantes, recibe más visita contraria en su propia área que otros equipos con más potencial. Esto es: le crean más peligro, le hacen más ocasiones, le llegan más. O lo que es lo mismo, el portero tiene más trabajo. Más oportunidad para lucirse o equivocarse.
 
En su caso, él ha elegido la primera opción: lucirse. Y cómo luce. Si sus actuaciones hubieran sido en un equipo con mayor nombre, se hablaría muchísimo más de este portero. Es solvencia bajo palos, seguridad por alto, reflejos en el mano a mano. Es un guardameta como una catedral. Camino de convertirse, si los cantos de sirena le dejan, en el mejor cancerbero de la historia del Getafe.

Es él, Miguel Ángel Moyá: el último guardián de las ilusiones azulonas y el sustento* principal de un equipo mucho menos vulnerable cuando deposita su seguridad en las manos de este mallorquín. Y yo me pregunto dónde va a estar mejor que aquí, con el sosiego que da la experiencia y la tranquilidad que desprende su equipo. Encajan a la perfección Getafe Club de Fútbol y Miguel Ángel Moyá. Y él lo sabe.

Es 16 de agosto y mañana empieza la Liga de las estrellas y los estrellados. Y yo espero (me da en la nariz que no soy el único) que él sea titular bajo los palos de la portería getafense, defendiendo sus redes tan fantásticamente bien como lo ha venido haciendo durante los últimos dos años. Que siga deteniendo lo imparable, que continúe haciendo cosas por las que se ha convertido en ídolo de muchos azulones que desean que no se vaya. Cosas como estas.



Es 16 de agosto y aún quedan dos semanas para que se cierre el mercado, así que a pesar de todo aún restan quince días para cantar victoria definitivamente. Que pasen rápido y sin sobresaltos. Moyá, quédate.



*Sustento (según su segunda acepción en el DRAE): Aquello que sirve para dar vigor y permanencia. Exactamente lo que da Miguel Ángel Moyá al Getafe.

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